Había Una Vez...

- Un sendo cabronsito llamado Capitan Puñeta. Desde muy pequeño, al Capitán Puñeta siempre le gustó el porno, la casqueta, y cagar mojones artisticos de los que pintan el toile con el mismo arte que una crayola utiliza para pintarle el bicho a Pluto en un libro de colorear. El capitán siempre fue distinto a los demás, pues a pesar de tener todas las caracteristicas que lo hacian ver como un ser humano normal, la verdad es que por dentro siempre fue un anormal. A pesar de ser un cabrón con todo el mundo, la gente lo queria y le daban besos en la punta del webo. Las maestras de la escuela en donde creció, siempre lo detestaron pues no comprendian su filosofia de vida; Libertad. Sus padres estaban cansados de ser citados una y otra vez por la maestra de ciencias, ya que apesar de las incontables catimbas y pelas que le daban al Capitan, éste nunca cambiaba su forma de ser, por que ser un cabron e hijueputa, era su destino.

Un dia, la hada del sexo lo fue a visitar, y el Capitan Comprendió que la vida no tan solo se trataba de comer Nutella, ver pornografia y darle escobasos a sus mascotas. El Capitan cambio su manera de ver al mundo y comenzo a madurar. Las fotos pornos que intercambiaba en la escuela con sus amigos, ya no eran suficientes para su vida llenar. A pesar de que el Capitan se proyectaba como el mismo cabrón, frio y crudo de siempre, lo que la gente no sabia es que cuando él se encontraba a solas mirando el techo de su habitacion mientras se metia un Q-Tip por la nariz hasta que botara sangre, se sentia completamente solo en el mundo. Escuchando cassettes de Arjona y canciones en la radio, el tiempo del Capitan, se moría sin sentido.

Todo era aburrido y absurdo, hasta que a su vida llego...Ella. Y no estoy hablando de la marihuana, estoy hablando de algo mucho más que eso...Estoy hablando de Ella. La conoció en una tarde de marzo del año 2005, en la cual el internet de su casa se habia ido por tiempo limitado. Aburrido, sin porno, y con ganas de hacer algo, el Capitan salió de su casa a dar una vuelta caminando por ahi, sin saber que se encontraría con algo que le cambiaria la vida para siempre... Pasando por el parquesito de donde èl vivía, fue cuando la vió por primera vez. Sola, mirando pa'l cielo y mesiendose en un columpio mohóso, se encontraba Ella. El Capitan pasó, la miró, y se sentó en el columpio de al lado sin decirle nada. Ya sentado en el columpio, el Capitán se metió la mano por debajo de los calsuncillos para recojer la peste que en sus webos habia, para entonces transportar el extraño aroma hacia sus fosas nasales. Luego del páse ''pesteawebo'', giró su cabeza para el lado, y alli estaba Ella observando como él cometia ese acto de fetichismo anormal que todo hombre ha cometido por lo menos 100 veces en su vida. Mentiria si dijera que el Capitan no se abochornó en el momento, pero la mentira se agravaria mucho más aun si no les dijera que en medio del viento, la luz, los pensamientos impuros que nunca faltan, la ausencia de dignidad, a pesar del silencio y el ruido del viento; el Capitán sintió por primera vez el panal de avejas sin veneno por el cual todos pasamos, ese panal que recorre todas tus entrañas,(incluyendo tambien la punta del webo)...a ese pensamiento, a esa cosa que tu no sabes lo que és pero sabes que lo sientes...a ese verbo transformado a sustantivo, a esa cosa que a nosotros, los seres humanos, nos gusta llamar...''Amor''


To Be Continued...